Cadena Perpetua: Azul Zihuatanejo

Posted by Dani on martes, febrero 15, 2022 with 1 comment

Hoy en La Retrovisión vamos a reivindicar otra obra de culto con mayúsculas, una de las mejores películas de la historia del cine por méritos propios con uno de los mejores finales recordados. Estamos hablando de Cadena Perpetua (Frank Darabont, 1994), posiblemente una de las películas que más nominaciones haya recibido jamás y que injustamente menos premios haya ganado, pero es que 1994, en lo cinematográficamente hablando, fue un año para recordar.



Si gran parte del éxito de las adaptaciones "serias" sobre la obra de Stephen King se cimenta sobre su talento literario, en este caso no sólo podemos afirmar que nos encontramos ante un gran guion meramente por llevar la firma del escritor de Maine, sino también por la acertada adaptación del por aquel entonces recién saltado a la fama Frank Darabont, que sería conocido hasta nuestros días como director de la adaptación de otro cómic ilustre, The Walking Dead (Robert Kirkman, 2010).

Extraído de su obra "Las cuatro estaciones", un tratado sobre la amistad en sus diferentes matices en forma de novelas cortas (tres de las cuatro han sido adaptadas, incluyendo Cuenta conmigo y Verano de Corrupción a parte de ésta), Cadena perpetua (o Rita Hayworth y la redención de Shawshank, el original y sugerente título del relato) narra la historia de la amistad de sobre todo dos (Andy y Ellis) pero más hombres unidos ante comunes adversidades, de una forma magistral, dramática, emotiva y llena de pequeños momentos que la convierten en un pequeño tesoro al que adorar con avaricia.


“Andy no me impresionó cuando lo vi por primera vez. Parecía que un soplo de viento se lo podía llevar. Esa fue mi primera impresión de él.”

Ellis Redding


En mi opinión, sin desdeñar la magnífica dirección y puesta en escena, las características del relato y como se desenvuelven en su argumento durante la trama es algo que hereda de la propia obra de King, que aunque comercial (y no por ello menos buena, al menos en este caso) nos regala regularmente pasajes cargados de sinceridad, sensibilidad y belleza sobrecogedoras (como en otras obras como su Corazones en la Atlántida, otra colección de novelas cortas entrelazadas a la que me remito... simplemente emocionante). Cadena Perpetua ante todo es un canto a la esperanza.




De destacar son la serenidad y pasividad de Andy Dufresne y su calculadora inteligencia, la sinceridad de Ellis Reddind, Red, ante el comité de libertad condicional, la hipocresía del alcaide y la brutalidad de los guardias, o la perturbadora escena (una de las mejores de la cinta) protagonizada por el anciano Brooks liberado tras pasar su vida entre cuatro paredes. Todas ellas magníficas interpretaciones respaldadas por sus maravillosos diálogos, donde muchos de los personajes son humanizados hasta lo insospechado sin caer en la sensiblería tonta, aunque sea fácil acabar emocionado en más de una escena. Una cinta con grandes dosis de crudeza y brutalidad, pero un canto humanista a la vida y a la esperanza al mismo tiempo.


"Queridos amigos: ¡lo que han cambiado las cosas! ¡Y lo rápido que se mueve todo aquí fuera! Cuando era niño vi una vez un coche, pero ahora están por todas partes. Este maldito mundo va demasiado deprisa. La Comisión de Libertad Condicional me ha metido en una residencia de reinserción llamada 'El Cervecero' y me ha conseguido un empleo como dependiente en un supermercado. Es un trabajo muy duro, pero intento estar a la altura aunque mis manos me duelen casi todo el tiempo....Me parece que no le caigo muy bien al encargado. A veces, después del trabajo, voy al parque a dar de comer a los pájaros. Siempre pienso que quizá Jake aparezca para decirme 'Hola', pero nunca lo ha hecho. Esté donde esté, espero que le vaya bien y que haga nuevos amigos. Me cuesta mucho dormir por la noche. Tengo pesadillas en las que caigo al vacío. Me despierto asustado. A veces me lleva un buen rato recordar donde estoy. Quizá debería conseguir una pistola y atracar el supermercado para que me envíen de vuelta a casa y ya puestos podría pegarle un tiro al encargado para asegurar mi ingreso. Supongo que me estoy haciendo demasiado mayor para estas tonterías. No me gusta estar aquí. Estoy harto de estar siempre asustado, y he decidido marcharme. Dudo que nadie se moleste. ¿Quién va a echar de menos a un viejo salido de la cárcel?..."

Brooks


Como si con todo esto no bastase para convertirla en un verdadero clásico moderno y quizás en una de las mejores películas de la historia del cine, sobresale su preciosista fotografía y su emotiva banda sonora. Incomprensiblemente, fue un fracaso en la taquilla, aunque el tiempo la haya colocado en el lugar en que siempre debió estar, y es que creo que no conozco a nadie a quien no le haya gustado esta película.

Sobre el inmejorable final, citado como quizás uno de los mejores de la historia del cine, satisface profundamente y causa tremendo regocijo al paciente espectador presenciar como todos los cabos al final atan y como a cada cerdo le llega su San Martín. Así hasta el sacrificio de Brooks merece la pena, después de ese dramatismo perturbador, con esos flashes de su vida fuera de la prisión, en donde el mundo ha cambiado (se ha movido... que decía Roland Deschain en La Torre Oscura, también de King).



Pese a su inverosímil fracaso comercial e injusticia en sus nominaciones inmaterializadas (nada más y nada menos que a 7 Oscar, incluyendo a mejor actor y película), Cadena perpetua es una ganadora con todas las de la ley, que compitió en siete categorías de los premios Oscar de su año ante pesos pesados del calibre de Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) y Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994), con los que aun así, mereció más de lo que obtuvo, es decir, nada, y es que estoy convencido que presentada en un año más asequible, se hubiera merendado a sus competidoras.

Para nosotros en La Retrovisión, Cadena Perpetua nos parece una de esas películas por las que pagaríamos por volver a ver por primera vez y poder disfrutar vorazmente de nuevo de cada minuto, una joya atemporal a la que adorar, hermosa como el azul del Pacífico de los sueños de Red en Zihuatanejo.


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