Estamos muertos: Instituto a Hyosan

Posted by Dani on viernes, febrero 11, 2022 with No comments

Tras el éxito de El juego del calamar (Hwang Dong-hyuk, 2021) y como continuación al fenómeno de las producciones coreanas incidiendo en el género zombi como fue ya Tren a Busan (Yeon Sang-ho, 2016) o Kingdom (Kim Eun-hee, 2019), hoy en La Retrovisión analizamos la nueva propuesta Z de la industria oriental, presentada en forma de nueva serie titulada Estamos Muertos (Lee Jae-Gyu y Kim Nam-Soo, 2022), y centrada en la expansión del brote de un virus artificial que convierte a sus infectados en zombis.

El centro de la acción nos trasladará a un instituto de Hyosan, una ficticia ciudad coreana que se convertirá en la zona cero de una plaga que se extenderá entre los estudiantes del instituto, dejando aislados a varios grupos de supervivientes que se las tendrán que ingeniar para luchar contra las hordas de otrora alumnos compañeros convertidos en furiosos zombis rápidos al más puro estilo Tren a Busan (producción coreana que es incluso mencionada en la serie) para poder escapar y sobrevivir.




Normalmente el origen del virus suele ser lo de menos, aunque aquí lleva implícito un mensaje crítico contra el bullying en los centros educativos y la indiferencia que de seguro muchas veces produce en los que deberían ponerle remedio, pues en nuestra historia el virus es creado por uno de los profesores de ese instituto, un genio loco que harto de asistir a los abusos de los que es víctima su pusilánime hijo sin que nadie haga nada al respecto, decide tomarse la justicia por su mano convirtiendo a su propio hijo en un zombi mediante un virus de su propia creación.

Pese a lo rocambolesco de la creación del virus que provocará el estallido de furia en Hyosan, Estamos Muertos ciertamente presenta duras escenas no solo ya del abuso cometido contra el hijo de nuestro profesor de ciencias virólogo, si no de los mismos abusones contra otros alumnos a través de palizas, maltrato psicológico, agresiones sexuales o incluso inducciones al suicidio. Realmente contrasta el a veces general tono infantil de los demás momentos entre los alumnos que no son unos abusones con las escenas más duras perpetradas por auténticos psicópatas al más puro estilo Dead Rising, videojuego de la misma temática zombi lleno de psicópatas que en medio del caos de otro estallido zombi dan rienda suelta a su locura.



A cada episodio es tal la sensación de caos y discontinuidad entre escenas o tramas de diversos grupos de supervivientes dentro y fuera del instituto que parece que sean estas sean independientes y no haya una conexión aparente entre ellas. Cada grupo afronta el brote en sus propias circunstancias, sobreviviendo con sus propios medios, en unos episodios demasiado largos (de algo más de una hora) conforme a los estándares occidentales en los que a veces el ritmo lento y las diferencias culturales son palpables.

Si el tono alterna entre lo infantil y lo brutal, el grupo de personajes supervivientes no podría estar más estereotipado y en cierta forma es bastante plano ciñéndose a su rol. En base a clichés, desde el principio identificaremos a los abusones, los empollones, los atletas, los profesores, los policías, los bomberos y los alumnos más o menos bondadosos, o por lo contrario, los que son unos auténticos desaprensivos. De esta manera, no nos encariñaremos demasiado con ninguno de ellos, y quizás sea lo mejor, porque lo que si que es verdad es que el guion no se anda con reparos en hacer que vayan cayendo como moscas conforme avanza la historia.




Pese a la intercalación de ritmos narrativos demasiado lentos que hacen tan largos los capítulos con otros frenéticos en los momentos de más tensión, quizás sea de lo más interesante como se presenta la escalada del incidente desde algo meramente local a un evento que puede llegar a poner en peligro no solo a la ciudad sino a todo el país. A destacar también el personaje del cabecilla de los abusones, un antagonista al estilo del Padre Isidro de la novela de género zombi Los Caminantes de Carlos Sisi que pareciera haber sido plagiado de sus páginas.

En conclusión, una propuesta aceptable como para aprobarla en nuestra Retrovisión, pero lejos de la intensidad de la que sin duda dio pie a este subgénero zombi coreano, como fue en su dia el lanzamiento de Tren a Busan.


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